domingo, 15 de abril de 2012

Los problemas de España

España tiene cuatro problemas. Uno es Portugal y luego hay tres dudas existenciales que no somos capaces de explicarles con cariño.

La primera es nuestra tasa de paro. Se debaten entre pensar que es cien por cien cierta, y por lo tanto se asustan de la cantidad de subsidios que van a tener que salir del presupuesto público por mucho recorte que se haga, o que no es cierta y que España dobla la tasa de paro Europea y tiene un 50% de paro juvenil, porque la gente no está realmente incentivada a aceptar cualquier trabajo. Ambos casos son dramáticos y justifican un incremento de coste al que nos prestan el dinero.

La segunda es que no entienden por qué hoy un españolito que gane un buen sueldo, y por lo tanto supuestamente etiquetado como rico y merecedor de ser frito a impuestos por ganar ese dinero a través de una nómina -ignorando si es trabajando como un animal-, no puede comprarse un piso de tres habitaciones salvo que avalen papá y mamá.

¿No falta todavía en España un ajuste realmente fuerte en el precio de la vivienda? ¿Cómo afectaría eso al balance de muchas entidades financieras cuando los pseudorricos puedan comprarse un piso de 100 metros cuadrados en una capital de provincia? Son dudas que los mercados tienen, y esperan respuesta.

Y la tercera y no menos importante es que no son capaces de distinguir al cien por cien dónde empieza y dónde acaba el Estado, la Comunidad, la Diputación, los Ayuntamientos y las empresas públicas. No tienen muy claro si le prestan dinero a una de estas cinco instituciones, dónde empiezan sus garantías para recuperar lo prestado, dónde acaban y cómo les afectan los excesos de las otras cuatro. A mí me han pedido que lo haga en inglés o en español y hago lo que puedo, pero no es fácil.

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