jueves, 22 de diciembre de 2011

EL ÁNGEL DE NAVIDAD


Da rienda suelta a tu imaginación y haz que el nacimiento cobre vida con todo tipo de personas y animales: pastorcitos, romanos, ovejitas, perros pastores, caminantes, etc. Imprescindibles: los Reyes Magos subidos en sus camellos, el niño Jesús, la Virgen María, San José, el buey y la mula. El niño Jesús es el centro de atención, irá colocado en el centro del portal acostado sobre un pesebre. A su izquierda la Virgen, con el buey detrás; y a la derecha San José, con la mula detrás.
6Aporta tu toque personal.
Ya tienes gran parte del trabajo hecho, ahora sólo te falta dar el toque de gracia. Piensa en qué puedes poner en tu belén para que luzca más bonito: quizá un pozo con unas aguadoras al lado llenando cubos de agua, o quizá unos pastores sentados alrededor de una hoguera. Una buena idea es decorar tu nacimiento con las mismas luces que se usan para decorar los árboles de Navidad. Resulta muy agradable colocar una estrella al fondo del nacimiento, sobre el portal.De acuerdo, te lo prometo, dijo Benjamín y se dispuso a hacer todos los preparativos para el viaje.
Al llegar la Nochebuena, el día 24 de diciembre, se despidió de todos y se dispuso a bajar del Cielo. Fue volando entre las nubes moviendo sus alitas muy deprisa pues hacía un frío……y es que estaba empezando a nevar.
Se cruzó con los renos de papá Noel que iban corriendo a toda velocidad surcando el cielo tirando del trineo y oyó a papá Noel que desde lejos le saludaba:
- Oh oh oH hasta luego chiquitín, voy corriendo, no me puedo parar pues aún me quedan muchos niños a los que dejar su regalo.
- No te preocupes papá Noel voy a casa de unos niños, así que ya te veré luego, dijo Benajamín.
y siguió bajando y bajando y, según se acercaba a las casas empezó a volar más despacito para ver en qué casa se iba a meter. Fue volando mirando por las ventanas y por fin se decidió por una casa en la que vivían dos niños. El mayor se llamaba Felipe y tenía cinco años y ya era muy bueno y responsable y el pequeño, se llamaba Adrián, pero en casa todos le llamaban “piquirriqui”. Era muy rico, pero un poco llorón y caprichoso. Claro, es que sólo tenía tres años recién cumplidos….
Pero al angelito Benjamín, cuando los vio tan dormiditos en su cuarto, le parecieron unos niños adorables y decidió quedarse en esa casa.
Buscó un hueco de la ventana que estaba abierto y por allí se metió, fue volando volando por el pasillo hasta que llegó a la puerta del salón de la casa, allí se paró y cuando empujó la puerta para entrar, se quedó sin palabras: ¡¡¡¡Allí había el árbol más bonito que había visto en su vida!!! Era tan grande que casi llegaba al techo, estaba lleno de bolas que brillaban y de luces de colores y abajo del todo estaba lleno de los regalos que había dejado papá Noel esa noche.
De pronto, Benjamín oyó unos pasos que se acercaban corriendo al salón y las risas de los niños que venían cantando: 25 de diciembre fun fun fun. 25 Ya es Navidad!!!.
El angelito buscaba desesperado dónde esconderse para que no le vieran y no se le ocurrió nada mejor que quedarse muy quieto con las alas extendidas en lo alto del árbol de navidad como si fuera una figurita más.
Los niños entraron corriendo al salón, seguidos de sus papás y gritaron: Mirad! Ha venido papá Noel. Mamá, papá ¿podemos abrir ya los regalos?.
Sí claro, dijeron sus papás, mira en este paquete pone tu nombre y en este otro pone el nombre de tu hermano.
Los niños abrieron todos los regalos, papá Noel les había traído lo que habían pedido y estaban muy contentos.
Benjamín los miraba desde lo alto del árbol sin mover ni un pelo para no ser descubierto pero, estaba tan feliz viéndoles, que no pudo evitar soltar unas risitas de felicidad.Entonces, Adrián, el niño más pequeño, le vió y empezó a gritar:
Mamá, mamá ese angelito es de vedáaa, le he visto reírse. Pero que cosas tienes, piquirriqui, es un angelito de cerámica, ¿cómo se va a reír?. Anda sigue jugando con tus juguetes nuevos.

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